LA
MAGIA DEL FIRMAMENTO EN SPACE.COM: ASTRONOMÍA Y ASTROLOGÍA
11 FEBRERO 2015 MILENA LLOP
Quién no recuerda la famosa serie de televisión, Star Trek y las
aventuras de la tripulación de la nave Enterprise surcando el
firmamento en mitad del océano de estrellas. Sabíamos que la visión de
la inmensidad del universo que llegaba a las pantallas de nuestros
televisores existía y existe desde los albores de la humanidad. Pero la
ficción de unos episodios que giraban en torno a los viajes estelares y
las experiencias de los protagonistas, nos sumían en la trama y nos
hacían olvidar el punto de partida, el universo, la última frontera.
Lo insondable nos fascina. Milenios atrás los sabios antiguos ya
reverenciaban la magnitud del cosmos cuando convirtieron la observación
del firmamento en una ciencia: la Astronomía. Le dieron un
sentido profundo, filosófico y metafísico a las posiciones planetarias
de aquellos cálculos estimados, que más tarde se aseveraron como
increíblemente certeros: nació la Astrología. El ser humano podía
contemplar la bóveda celeste admirando no solo su majestuosidad, sino
comprendiendo que los cielos y la tierra poseen muchos secretos que
ejercen una mágica y sugerente influencia en nuestra existencia.
Para ser astrónomo hay que pasarse horas de estudio calculando y
contemplando el cielo; para ser astrólogo hay que pasarse horas
estudiando e interpretando las variables de las posiciones planetarias
sobre un mapa conceptual.
Lo que en un principio fue una unidad de estudio se convirtió más tarde
en antagonía. Los eruditos astrónomos renegaron de la visión más
filosófica y profunda de las posiciones planetarias y tildaron la
Astrología de apóstata. Los astrólogos se convirtieron por arte de
birlibirloque, en falsarios. Durante mucho tiempo, gracias a la
contribución de dogmáticos con carnet, se relegó esta valiosa ciencia a
la más dura degradación. Embaucadores los hay en cualquier sitio, hasta
en los más acreditados oficios. A nadie se le ocurriría desprestigiar a
toda la profesión médica o a la judicatura por un doctor o un abogado
sin escrúpulos.
No obstante, para que la Astrología vuelva a meritarse tendremos que
seguir apostando por el análisis serio, por la autenticidad y la ética,
esperando que un día vuelvan a unirse estas dos mitades escindidas: que
el astrónomo le enseñe al astrólogo a escudriñar el polvo de estrellas
y que el astrólogo guíe al astrónomo desvelándole las sutilezas de las
influencias planetarias, que igual que el Sol y la Luna, marcan tan de
cerca nuestro carácter y nuestras vivencias.
Mientras tanto podremos seguir observando el firmamento, por dentro y
por fuera y a ciertas horas, cuando las luces de la modernidad reduzcan
su intensidad, el espectáculo nocturno nos dejará boquiabiertos,
contemplando y perdiéndonos en la inmensidad de nuestro hermoso
universo; viajando a Orión, con parada en Venus, Mercurio o Saturno;
nos recrearemos en Júpiter, asistiendo al nacimiento o al declive de
una estrella.
Y como a quien madruga Dios le ayuda, nuestra voluntad obtiene su justa
recompensa, así que pasen, pasen y vean este vídeo guía de observación
del brillo de los planetas en el cielo de las noches de Febrero en
Space.com