Antonio Vivaldi, El invierno, primer movimiento

Las cuatro estaciones compuestas por Antonio Vivaldi, son sin duda una serie de conciertos que son ampliamente reconocidos, no únicamente en la historia de la música, sino a un nivel mundial, en el que casi la universalidad de los individuos han escuchado esta obra, o por lo menos reconocen el título y al compositor por más superficial conocimiento que pueda resultar. También es una de las obras musicales más grabadas e interpretadas en la historia, nada de esto es casualidad, puesto que este conjunto de piezas se conforma por elementos muy específicos que apelan al gusto de todo el público, hacen que se pueda identificar fácilmente con la obra, sin mencionar que es considerada una obra maestra en el mundo de la música. Ahora se verá cómo están constituidas, específicamente el primer movimiento del Invierno, que es a mi gusto una de las piezas más llamativas y bonitas dentro de este conjunto.

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Probablemente había escuchado esta pieza muchas veces sin darme cuenta, pues la primera vez que la escuché conscientemente me sonaba muy familiar. Fue durante un desayuno con mis padres y hermanos, algo muy cotidiano y sin importancia alguna, en donde había música de fondo, a la que uno normalmente nunca le presta atención. Sin embargo, en medio de la plática familiar, del sonar de los cubiertos rozando el plato, del sonido discreto del masticar, se escuchó el Invierno de Vivaldi; al pasar esta pieza en particular, mis oídos se detuvieron en ella, pues había algo que atraía, que despertaba la mente y ocasionaba el deseo de volver a escucharla.
Al abrir los oídos a la obra se pueden experimentar una gran variedad de emociones, en un primer momento, produce un inmediato efecto de tensión que va creciendo, una tensión violenta que a su vez genera expectación. Es angustiosa, da una sensación un tanto desagradable de preocupación, pues se espera que suceda algo incómodo, incluso llega a dar miedo. Sin embargo, nada malo sucede, pues más adelante aquella sensación desagradable va desapareciendo conforme avanza la música, llegando a un relajamiento e incluso a la alegría. Por último, en los momentos finales, se siente una especie de decepción de que la música se esté acabando, se acaba la alegría y todo lo que queda es un sentimiento de ilusión e irrealidad.

Es una obra que llama a la imaginación, cuenta una narrativa. Pareciera que esta música expresa aventura, una marcha por un bosque o un paraje desconocido, oscuro y frío; se busca algo y sin embargo no se sabe qué es ese algo, es un mundo lleno de sorpresas y misterios en el que cualquier acontecimiento inesperado puede suceder, alguna creatura peligrosa puede salir al encuentro, todo es posible. Es por eso que es angustiante, que provoca miedo, pues se vive en la incertidumbre. Se escucha una voz que está incitando al caminante a seguir por el camino, a no detenerse sin importar lo que pase, pues finalmente se encuentra una realidad agradable, como si la naturaleza cantara alegremente, y todo valió la pena. Al final pareciera como si se despertara de un sueño.

Dentro de este mismo contexto, se refleja en la obra un conflicto interno, inherente a todo ser humano. Existe una confusión al no saber que esperar y muchas emociones encontradas que luchan por salir a la luz, parece reflejar toda la complejidad del ser humano retratada en sus pasiones a través de la música, conjugadas en cada sonido, resultando en una explosión de distintos sentimientos que a la vez se encuentran ordenados conforme suceden los diferentes momentos en la música. No es realmente la caminata por el paisaje misterioso, sino que es lo que está sucediendo dentro de la mente del ser humano mientras camina por la incertidumbre.
Es una pieza con una secuencia muy definida que forma una narrativa, tiene una introducción, un desarrollo y finalmente, una conclusión, como si fuera un texto. Comienza teniendo un carácter pasional y tenso, afectando las emociones, por lo que podría decirse que en los primeros momentos su ethos es enthusiastikón, que más adelante se va transformando lentamente hasta convertirse en un ethos praktikón que motiva de una manera positiva, y ya en las notas finales regresa a ser enthusiastikón para acabar con un último sonido que tiende hacia la pereza por lo que sería de un ethos malakón.

Es evidente que sobresale el sonido del violín sobre cualquier otro instrumento, a lo largo de toda la obra se puede notar una constante lucha en la cual tanto el violín como el resto de los instrumentos en el conjunto de la orquesta, perecen estar peleándose por ser el centro de atención, por pasar a ocupar el primer plano.
Es una obra intensa y compleja, llena de diversos colores y matices. Constantemente se pueden identificar momentos de mucha tensión con sonidos contrastantes, que más adelante parecen tener una resolución que no se siente completa hasta llegar al punto final de la obra.
Como ya se ha mencionado esta obra es el primer movimiento de Invierno, forma parte de una serie de cuatro conciertos mejor conocidos como Las cuatro estaciones, compuestos por Antonio Vivaldi. El concierto o concerto, como es su nombre en términos técnicos, es una forma desarrollada durante el periodo barroco que consiste en una pieza o un conjunto de piezas que están compuestas para un solista y una orquesta , Vivaldi también desarrolló el llamado concerto ritornello, que está constituido por tres movimientos, siguiendo una secuencia en el que el primero y el último movimientos son rápidos y el segundo lento.   
Siguiendo la estructura del concerto ritornello, el primer movimiento es un allegro non molto, esto apela al tempo, el allegro significa que la obra se desarrolla a gran velocidad, al agregarle el non molto quiere decir que es rápido pero no tanto.

El ritornello se conforma por una o más ideas musicales tocadas por una orquesta que va repitiéndose  a manera de ostinato durante todo el movimiento. Esta es la forma que toma el Invierno en su primer movimiento, comienza con esta idea y se va alternando con los solos de violín, se puede notar que hay una constante sucesión entre el solista y la orquesta a lo largo de toda la obra. El instrumento musical dominante es el violín que se puede escuchar en los solos, gracias a esto se puede desarrollar una conciencia idiomática y explorar todas sus posibilidades; el violín se encuentra acompañado por una orquesta conformada por instrumentos de cuerda frotada, más un clavecín. A través de este último se construye una métrica haciendo uso de pulsaciones regulares, en un compás de 4/4, marcado por un bajo continuo proveniente del clavecín.
Contiene muchos contrastes en la intensidad, muchos crescendos y decrescendos. Esto se evidencia desde el comienzo, la obra tiene un inicio tético, puesto que comienza en el tiempo fuerte del compás en donde sobresale el clavecín que comienza a marcar ese compás; a pesar de que se puede decir que la primera nota tiene un matiz muy suave y de bajo volumen y va en crescendo.

La obra se puede dividir en varias partes de distintas maneras, la primera forma sería tomando en cuenta las partes de la orquesta que conformarían el ritornello y las partes del solista. Otra forma sería dividiendo las partes de acuerdo a su estructura narrativa, la primera parte que comienza con el ritornello y continúa hasta el minuto 1:08 , a partir de aquí comienza lo que podría considerarse como el clímax de la narrativa hasta el minuto 2:00, cuando cambia el éthos a praktikón, la escala se vuelve mayor, el sonido más alegre y continúa el desarrollo; finalmente en el minuto 2:55, se repite la idea con el que inicia la segunda parte para comenzar con la conclusión reiterando la idea principal y acabar con un final femenino que va en decrescendo, regresando a la misma escala en la cual empezó, una escala menor.

Como se ha mencionado anteriormente, la pieza está conformada por una estructura lógica y ordenada que se constituye por una introducción un desarrollo y una conclusión, ésta viniendo de un contexto barroco, esto con el fin de construir una retórica “con el fin de despertar estados emocionales idealizados en el oyente” , la alternancia entre la orquesta y el solista va construyendo argumentos con los que se va a tratar de persuadir al oyente a sentir pasiones. También desde este contexto hace uso de muchos contrastes, no únicamente en la intensidad, como ya se había mencionado, sino también en la altura, en los timbres, en las tenciones y en las cadencias. La pieza tiene una forma musical de despliegue, pues tomando en cuenta las tensiones que la conforman, éstas siempre son predominantes y tardan más tiempo en generarse de lo que tarda en generarse un relajamiento.

vivaldi

El año de publicación de la pieza, así como de Las cuatro estaciones, es en 1725, ha sido compuesta por Antonio Vivaldi y pertenece al barroco tardío, estos son los datos básicos de contextualización, pero habrá que hablar más detalladamente para comprender por qué esta pieza es producto de su tiempo. Como se ha evidenciado en el análisis de la música, el primer movimiento del Invierno tiene muchas características propias de la música barroca, así como el bajo continuo que fue un recurso desarrollado durante ese periodo, o muchos contrastes.

Se considera que el periodo barroco comienza aproximadamente a principios del siglo XVII hasta mediados del siglo XVIII, se considera que Vivaldi vivió e hizo toda su obra durante el barroco tardío que comienza a finales del siglo XVII. “El principio estético central del Barroco fue que la música debía expresar estados afectivos y que debía mover las pasiones del oyente” , hay una relación estrecha entre la retórica y la música barroca, esto se debe al contexto que se estaba viviendo en aquella época, principalmente al movimiento protestante y a la Contrarreforma, pues se intentaba persuadir al oyente a seguir una determinada ideología con base en el arte, se pretendía demostrar la grandeza de la música reflejando la grandeza de la religión.

Durante esta época había una clara hegemonía de la música italiana y particularmente en Venecia que es la ciudad natal de Vivaldi, el género principal era el concierto instrumental,  género al cual pertenece el Invierno. También predominaba en Venecia la fabricación de violines, el instrumento más sobresaliente de toda la obra de Vivaldi.
  
Antonio Vivaldi nació en Venecia en el año de 1678, en una época en la que Venecia estaba perdiendo su lugar estratégico para el comercio, gracias a las nuevas rutas comerciales y el descubrimiento de América; por lo tanto perdía también su importancia económica, al mismo tiempo que se empieza a reconocer como un centro turístico gracias a su riqueza cultural, a los carnavales, generando un lugar propicio para las artes, particularmente la música.   Ésta tocaba en las iglesias, en las casas de ópera, al aire libre, y también en los asilos y orfanatos de caridad, en uno de los cuales Vivaldi trabajaba, un orfanato llamado Ospedale della Pietà, enseñando música a las niñas del lugar, éste es también el espacio en donde escribió la mayor parte de su obra. A este compositor se le conoce como el “Sacerdote rojo” puesto que era pelirrojo y se ordenó como sacerdote en 1703, aunque ejerció durante muy poco tiempo debido a una presunta asma que le impedía dar misa, por lo que se dedicó a hacer música y enseñarla en el orfanato.
 
El 14 de diciembre de 1725, se publica en la Gazette d’Amsterdam una colección de 12 concertos para violín y orquesta compuestos por Vivaldi titulados Il Cimento dell’Armonia e dell’ Invencione (El concurso entre la armonía y la invención) Op. 8. Esta serie de concertos estaban dedicados al Conde Wenzel von Morzin, conde que también fue mecenas de Haydn, quien aparentemente ya los había escuchado antes de su publicación, pues se rumora que se compusieron entre 1716-1717 . Entre esta colección de concertos se encontraban los cuatro conciertos conocidos como las Cuatro estaciones, estas últimas pretendían ser descriptivas de las temporadas del año a través de la música. Cada estación venía con un soneto introductorio cuyo autor no se especifica, estos explican lo que las piezas querían retratar. En el caso del Invierno, el primer movimiento, esto es lo que dice:

Temblar congelado en la nieve helada;
ser azotado por el viento salvaje;
correr marcando los movimientos de los pies congelados;
tener frio excesivo que haga titiritar los dientes.
   

Tomando en cuenta este verso, se podría interpretar, que el primer retornello efectivamente hace alusión a la nieve, al caer de ésta y a la sensación de temblores que produce en el cuerpo, al entrar el solo de violín puede remitir al viento violento y desordenado que sopla con fuerza gracias a las irregularidades en la intensidad; en la segunda parte  antes mencionada, a partir del minuto 1:08, se alude a correr con rapidez; y finalmente ya en la última parte deviene la imagen del temblor en el cuerpo una vez más y en los dientes.
 
Las sensaciones descritas en el primer momento de la audición coinciden en ciertos puntos con lo que Vivaldi pretendía, pues el frío provoca una sensación desagradable, incómoda, el viento soplando tan fuerte puede llegar a ocasionar miedo e incertidumbre. Esa voz, que impide detenerse, incita a correr se retrata muy bien en uno de los temas principales de la pieza.

El invierno causa melancolía e incluso depresión a algunos individuos, es sinónimo de frío, de oscuridad, se espera a que se acabe para volver a ver el sol y sentir el calor. Éste es el sentimiento de expectación que se experimenta, se busca algo luminoso y cálido dentro de un paisaje gélido, es justo aquí cuando la escala se vuelve mayor, se siente alegría porque se sabe que eventualmente algo bueno va a suceder, y sin embargo llegando al final se regresa a la triste realidad de que aún es invierno. Esta escala mayor se podría interpretar de manera que aún en lo frío y oscuro hay belleza y esto provoca también esperanza. Y también se ve reflejado en la velocidad de la pieza, en la invitación a correr por la nieve, seguir por el camino para empezar otro capítulo.

En estos momentos se experimenta la complejidad de las pasiones humanas, no únicamente en el contexto de la pieza como descripción de una estación del año, sino en el Invierno como alegoría de la tempestad interna de un individuo, de esos momentos que todo ser humano siente dolor, desesperanza en los que el corazón se siente frío y abandonado; que hay que seguir adelante y tratar de ver la belleza y lo positivo aún en los momentos más oscuros.

Y es por esto que es una obra que posee universalidad, todos los seres humanos hemos pasado por experiencias así, todos nos podemos identificar, incluso si no conocemos de que se trata detalladamente la pieza, ya que apela a la afectividad, logra despertar emociones en el auditor que son imposibles de ignorar. Retrata momentos que han sido, son y siempre serán, pues ésta es la naturaleza humana plasmada en una obra musical.

 Bibliografía

Heller, Karl, Antonio Vivaldi: The Red Priest of Venice, Amadeus Press, Portland, Oregon, 1997, pp. 349.
Latham, Alison, Diccionario enciclopédico de la música, Fondo de Cultura Económica, México, 2008, pp. 1581.
Pincherle, Marc, Vivaldi: Genius of the Baroque, W. W. Norton & Company INC, New York, 1957, pp. 279.

Invierno:

I Solisti dell’Orchestra Filarmonica della Scala/Riccardo Muti, “The Four Seasons, Concerto No.4 in F minor, ‘L’inverno’: I. Allegro non molto” en Vivaldi: The Four Seasons, CD, Seraphim Classics, 1999.