El año de publicación de la pieza, así
como de Las cuatro estaciones, es en 1725, ha sido compuesta por
Antonio Vivaldi y pertenece al barroco tardío, estos son los datos
básicos de contextualización, pero habrá que hablar más detalladamente
para comprender por qué esta pieza es producto de su tiempo. Como se ha
evidenciado en el análisis de la música, el primer movimiento del
Invierno tiene muchas características propias de la música barroca, así
como el bajo continuo que fue un recurso desarrollado durante ese
periodo, o muchos contrastes.
Se considera que el periodo barroco comienza aproximadamente a
principios del siglo XVII hasta mediados del siglo XVIII, se considera
que Vivaldi vivió e hizo toda su obra durante el barroco tardío que
comienza a finales del siglo XVII. “El principio estético central del
Barroco fue que la música debía expresar estados afectivos y que debía
mover las pasiones del oyente” , hay una relación estrecha entre la
retórica y la música barroca, esto se debe al contexto que se estaba
viviendo en aquella época, principalmente al movimiento protestante y a
la Contrarreforma, pues se intentaba persuadir al oyente a seguir una
determinada ideología con base en el arte, se pretendía demostrar la
grandeza de la música reflejando la grandeza de la religión.
Durante esta época había una clara hegemonía de la música italiana y
particularmente en Venecia que es la ciudad natal de Vivaldi, el género
principal era el concierto instrumental, género al cual pertenece
el Invierno. También predominaba en Venecia la fabricación de violines,
el instrumento más sobresaliente de toda la obra de Vivaldi.
Antonio Vivaldi nació en Venecia en el año de 1678, en una época en la
que Venecia estaba perdiendo su lugar estratégico para el comercio,
gracias a las nuevas rutas comerciales y el descubrimiento de América;
por lo tanto perdía también su importancia económica, al mismo tiempo
que se empieza a reconocer como un centro turístico gracias a su
riqueza cultural, a los carnavales, generando un lugar propicio para
las artes, particularmente la música. Ésta tocaba en las
iglesias, en las casas de ópera, al aire libre, y también en los asilos
y orfanatos de caridad, en uno de los cuales Vivaldi trabajaba, un
orfanato llamado Ospedale della Pietà, enseñando música a las niñas del
lugar, éste es también el espacio en donde escribió la mayor parte de
su obra. A este compositor se le conoce como el “Sacerdote rojo” puesto
que era pelirrojo y se ordenó como sacerdote en 1703, aunque ejerció
durante muy poco tiempo debido a una presunta asma que le impedía dar
misa, por lo que se dedicó a hacer música y enseñarla en el orfanato.
El 14 de diciembre de 1725, se publica en la Gazette d’Amsterdam una
colección de 12 concertos para violín y orquesta compuestos por Vivaldi
titulados Il Cimento dell’Armonia e dell’ Invencione (El concurso entre
la armonía y la invención) Op. 8. Esta serie de concertos estaban
dedicados al Conde Wenzel von Morzin, conde que también fue mecenas de
Haydn, quien aparentemente ya los había escuchado antes de su
publicación, pues se rumora que se compusieron entre 1716-1717 . Entre
esta colección de concertos se encontraban los cuatro conciertos
conocidos como las Cuatro estaciones, estas últimas pretendían ser
descriptivas de las temporadas del año a través de la música. Cada
estación venía con un soneto introductorio cuyo autor no se especifica,
estos explican lo que las piezas querían retratar. En el caso del
Invierno, el primer movimiento, esto es lo que dice:
Temblar congelado en la nieve helada;
ser azotado por el viento salvaje;
correr marcando los movimientos de los pies congelados;
tener frio excesivo que haga titiritar los dientes.
Tomando en cuenta este verso, se podría interpretar, que el primer
retornello efectivamente hace alusión a la nieve, al caer de ésta y a
la sensación de temblores que produce en el cuerpo, al entrar el solo
de violín puede remitir al viento violento y desordenado que sopla con
fuerza gracias a las irregularidades en la intensidad; en la segunda
parte antes mencionada, a partir del minuto 1:08, se alude a
correr con rapidez; y finalmente ya en la última parte deviene la
imagen del temblor en el cuerpo una vez más y en los dientes.
Las sensaciones descritas en el primer momento de la audición coinciden
en ciertos puntos con lo que Vivaldi pretendía, pues el frío provoca
una sensación desagradable, incómoda, el viento soplando tan fuerte
puede llegar a ocasionar miedo e incertidumbre. Esa voz, que impide
detenerse, incita a correr se retrata muy bien en uno de los temas
principales de la pieza.
El invierno causa melancolía e incluso depresión a algunos individuos,
es sinónimo de frío, de oscuridad, se espera a que se acabe para volver
a ver el sol y sentir el calor. Éste es el sentimiento de expectación
que se experimenta, se busca algo luminoso y cálido dentro de un
paisaje gélido, es justo aquí cuando la escala se vuelve mayor, se
siente alegría porque se sabe que eventualmente algo bueno va a
suceder, y sin embargo llegando al final se regresa a la triste
realidad de que aún es invierno. Esta escala mayor se podría
interpretar de manera que aún en lo frío y oscuro hay belleza y esto
provoca también esperanza. Y también se ve reflejado en la velocidad de
la pieza, en la invitación a correr por la nieve, seguir por el camino
para empezar otro capítulo.
En estos momentos se experimenta la complejidad de las pasiones
humanas, no únicamente en el contexto de la pieza como descripción de
una estación del año, sino en el Invierno como alegoría de la tempestad
interna de un individuo, de esos momentos que todo ser humano siente
dolor, desesperanza en los que el corazón se siente frío y abandonado;
que hay que seguir adelante y tratar de ver la belleza y lo positivo
aún en los momentos más oscuros.
Y es por esto que es una obra que posee universalidad, todos los seres
humanos hemos pasado por experiencias así, todos nos podemos
identificar, incluso si no conocemos de que se trata detalladamente la
pieza, ya que apela a la afectividad, logra despertar emociones en el
auditor que son imposibles de ignorar. Retrata momentos que han sido,
son y siempre serán, pues ésta es la naturaleza humana plasmada en una
obra musical.
Bibliografía
Heller, Karl,
Antonio Vivaldi: The Red Priest of Venice, Amadeus Press, Portland, Oregon, 1997, pp. 349.
Latham, Alison,
Diccionario enciclopédico de la música, Fondo de Cultura Económica, México, 2008, pp. 1581.
Pincherle, Marc,
Vivaldi: Genius of the Baroque, W. W. Norton & Company INC, New York, 1957, pp. 279.
Invierno:
I Solisti dell’Orchestra Filarmonica della Scala/Riccardo Muti, “The
Four Seasons, Concerto No.4 in F minor, ‘L’inverno’: I. Allegro non
molto” en Vivaldi: The Four Seasons, CD, Seraphim Classics, 1999.